Pincha aquí para ver la portada ampliada TÍTULO: Psi-5 Trading Company
GÉNERO: Estrategia
MÚSICA: Ed Bogas
COPYRIGHT: Accolade, 1986
¡Mooola...!

En muchos aspectos, este juego me recuerda al excelente Law of the West. Los dos fueron desarrollados por Accolade, los dos utilizan gráficos muy vistosos, en alta resolución, verdaderamente llamativos y la música corre a cargo de Ed Bogas que, vale, no es que fuera el Tchaikovski del SID, pero daba a sus composiciones mucha personalidad.

Pero no sólo me refiero al apartado técnico: los dos juegos tienen detalles absolutamente brillantes y, aunque tal cual son, para mí merecen un aplauso, si se hubieran seguido desarrollando las ideas en las que se basan el uno y el otro, se habrían convertido en leyendas.

Me explico...

Psi-5 Trading Company es un curiosísimo juego de comercio espacial en el que no tenemos el control directamente sobre nuestra nave, sino a través de cinco personajes que son, sin duda, lo mejor del programa.

Capitán, que el escáner dice que estamos en Burgos... Al principio, veremos una página con las fichas de cinco candidatos a cada puesto (lo que da un total de 25 personajes asombrosamente trabajados y, sobre todo, muy, muy expresivos).

Los puestos son: armas, escáner (no tengo ni idea de cuál podría ser el equivalente más o menos real de la sección de "Scanning"... ¿radar? ¿detección?... bueno, ya me entendéis), navegación, ingeniería (en el sentido auténtico del término, esto es, el que tenía cuando los británicos empezaron a utilizarlo durante la Revolución Industrial: según éste, un ingeniero no es más que un maquinista, o el operario de un motor -no, mis queridos Industriales, no... no os llamáis "ingenieros" por vuestro "ingenio", como algunos de vosotros aseguran, desplegando al mismo tiempo la cola de pavo real, sino porque el término viene del inglés "engineer", el cual, a su vez, se deriva de "engine", o séase, motor. Hala, hala bajad del Olimpo un poquito, pequeñines ;-D) y reparación.

Cada candidato a un puesto tiene una ficha bastante completa, con su foto y sus datos, entre los que se encuentran su edad (por cierto: no os extrañe ver a algún tipejo con varios siglos a sus espaldas; como suele ser habitual en estos juegos pseudofuturistas, lo raro es encontrar a un Ser Humano, y la mayoría de los engendros, babosidades reptantes y diversas horripilancias pegajosas que veréis, suelen ser bastante más longevas que los terrícolas -no sé por qué-), su formación, experiencia, puntos fuertes y debilidades. No sólo no hay dos personajes parecidos... es que los 25 conforman un batiburrillo de lo más original y variopinto. Hay donde elegir, vaya.

Sus "hojas de servicio" no están de adorno, además. Cada uno tiene sus manías e idiosincracias y, creedme, con influencia en el desarrollo del juego. Boris, por ejemplo, es un tipo bastante severo, calvo como la cáscara de un pistacho y curtido en tropecientas batallas a cual más cruenta. El muy psicópata se lo pasa pipa en los combates. Será duro y arisco, pero se desenvuelve entre protonazos, rayos aniquiladores y otros ingenios similares, como pez en el agua. (Abajo tenéis una foto del chaval en cuestión).

Cuando hayamos formado una tripulación, podremos emprender el viaje. Tenemos tres encargos para cumplir, que hemos de elegir en cuanto carga la primera parte del juego. El más sencillo de ellos, nos proporcionará una recompensa de 12 millones de dólares (que supongo que en el año 4000, darán para comprar un paquete de chicles con sabor a boniato), si conseguimos llevar vaya usted a saber qué pringues exóticas llamadas "Nucliarc", a un sistema que responde al nombre de Kozzar-7, situado a 120 Parsecs de nuestra base. La gallina, ¿no? ;-)

No os preocupéis por estos datos. En realidad, sólo deben interesaros dos de ellos: la distancia que habremos de salvar para entregar nuestra carga y la recompensa que obtendremos por ella. (A todo esto, para los curiosos: un parsec equivale a unos  3'26 años-luz, es decir, alrededor de los 30 billones -con B- de kilómetros... el barrio de al lado, en términos astronómicos -en serio-). Cuanto mayores sean ambos parámetros, más difícil será la misión. Y os puedo asegurar que incluso la primera de ellas tiene miga. Vaya, es que no recuerdo haberla cumplido más de una o dos veces en mis tiempos de commodorero diplomado...

Cuando todo esté dispuesto, comenzará la misión. Y aquí es donde os tendréis que enfrentar a uno de los desarrollos más originales de los videojuegos de C64 (uno casi podría decir: "de los videojuegos de toda la historia"). Para que nuestra nave funcione, tenemos que dar órdenes a los cinco miembros de la tripulación. Y esto se consigue seleccionándolas de un menú presente en cada uno de los puestos. ¡Meo napalm! ¡Como alambre de espinos!

¿Ejemplos? Claro, mirad la captura que tenéis justo encima de esta línea. La pantalla se organiza así:
En la mitad superior, hay dos ventanas. La de la izquierda muestra una vista del espacio inmediato. En condiciones normales, está orientada en el sentido del avance de la nave, pero cuando algún chisme espacial vuele cerca de nosotros, cambiará automáticamente tratando de seguirlo.

La de la derecha es, sin duda, lo más llamativo de este Psi-5: la vista del tripulante. Aparecerá uno de los personajes elegidos, ocupando su puesto. El escenario tras él suele estar bastante animado, con engranajes que giran, lucecitas que parpadean, y otros pocholos ultratecnológicos que, se supone, uno tendría que encontrar en una nave interestelar.

El personaje en cuestión es muy expresivo,y resulta bastante divertido comprobar cómo su expresión cambia según la situación a la que nos enfrentamos y su propia personalidad. Boris, por ejemplo, casi siempre parece mantener la calma, pero hay otros personajes (como Anthony, un joven ingeniero) que no pueden ocultar un rictus de canguelo muy cómico cuando las cosas se complican (tendríais que verlo diciendo, con una expresión mezcla de despiste y susto: "Capitán, según el ordenador, el Cravenlator está fuera de servicio... ¿qué es el Cravenlator?").

Hacia la mitad de la pantalla, observaréis una barra azul, en la que se listan las opciones del puesto que estéis visualizando en ese momento. En el caso de la captura anterior, podéis ver: "Status Display ? Cancel Rank Fire" (bueno, y una flechita que apunta hacia la izquierda, y que nos permite seleccionar la pantalla de otro tripulante).

Sólo hemos de mover el joystick para resaltar la opción que queramos y pulsar el botón de disparo para activarla. Por ejemplo, si pretendemos que Boris vaporice a algún piratón cósmico agresivo, no tenemos más que seleccionar "Fire". Aparecerá otro menú, del que tenemos que elegir cuántas descargas queremos disparar, de 1 a 9 (o, simplemente, tiros de advertencia) y, por fin, un tercero en el que se nos permitirá seleccionar qué arma vamos a emplear (teniendo en cuenta que algunos personajes dominan unas mejor que otras y que un examen detallado en la pantalla de Scanning, nos puede informar acerca del arma más apropiada para cada enemigo).

Las opciones "Status" y "Display" están presentes en todos los puestos y nos permiten ver un resumen del estado del mismo (la primera) y una lista de objetivos, rutas posibles, partes de la nave dañadas y su tiempo estimado de reparación, etc... esto último, claro, dependiendo de en qué sección te encuentres.

La interrogación ("?") muestra los mensajes de un tripulante por orden de urgencia. La musiquilla que se escucha cuando alguno de los personajes quiere decirnos algo, terminará por desesperaros, os lo aseguro. Y es que, incluso en la misión más sencilla, no tardaremos en ser asediados por hordas de malosos espaciales, deseando irrumpir en nuestra nave, robarnos toda la carga, y dejarnos con un palmo de narices.

Al principio os costará muchísimo habituaros al juego. Navegar por el espacio y examinarlo en busca de objetivos, puede ser más o menos sencillo, pero en cuanto tengamos que enfrentarnos a algún combate, te faltarán dedos, ojos, manos y vaya usté a saber qué más apéndices, para controlarlo todo. En medio de las explosiones que sacuden la pantalla (literalmente) y las alarmas de los mensajes urgentes sonando para colmo de tu histeria, es bastante posible que te veas superado en seguida. 

Eso sí: cuando, tras muchas intentonas y frustración, vas cogiéndole el tranquillo al juego, la verdad es que resulta muy entretenido e interesante.

Gráficos 9
Sonido 7
General 8

GRÁFICOS: Aunque la mitad inferior de la pantalla está compuesta únicamente por texto, la superior está llena de detalles. Especialmente notables, las ventanas que muestran a los miembros de la tripulación. En total son 25, a todo color, muy expresivos, con mucha personalidad y bien animados. Es cierto que, en algunos detalles, los colores parecen haber sido aplicados a base de bloques (fijaos en los ojos de Boris -curiosamente, no recuerdo que ocurriera lo mismo en la versión "de verdad", o sea, no emulable-) y que la ventana izquierda, que muestra el espacio y las naves que vuelan cerca de nosotros, es bastante mejorable, pero la impresión general es magnífica.

SONIDO: La música de presentación es hasta desagradable (una miaja estridente, diría yo), pero durante el juego hay varios temas que ambientan lo suyo. Algunos de ellos, creo yo, son bastante buenos como composiciones. Además, en cierto modo recuerda al sistema iMUSE que utilizaba LucasArts en algunas de sus aventuras gráficas, es decir, que la música cambia según la situación. Hay una cuando todo está tranquilo, otra cuando estamos siendo atacados... también cada puesto de la nave tiene su propio tema y, en general, son bastante apropiados todos (mención especial para la música, a base de repiqueteos metálicos, de la pantalla de reparación). Los efectos se limitan al ruido de los motores al acelerar o decelerar, y los sonidos de las armas al dispararse y las explosiones al alcanzar su objetivo.

GENERAL: Muy original, con unos gráficos casi de dibujos animados y un desarrollo brillante... ¡pero muy complicado!
Una pena que sólo haya 3 misiones y que sólo se diferencien en la distancia a recorrer y en la cantidad de malos que nos asaltarán. Un juego con esta mecánica y algo más de variedad (más mundos con los que comerciar, al estilo del Elite), y menos combates (que resultan a veces frustrantemente difíciles), habría sido, sin duda, una de las leyendas del C64. De todos modos, Psi-5 Trading Company es un título inteligentísimo y que merece mucho la pena.

Lo mejor * Los personajes. No sólo por sus gráficos, si no por su variedad, expresividad...
* El desarrollo (cuando uno consigue acostumbrarse a él).
Lo peor * Incluso la misión más fácil puede resultar frustrante. Los combates son la monda de difíciles.
* Sólo tres misiones, y demasiado parecidas entre sí.
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